La sequía que azota a Cataluña en los últimos años ha llevado al consejo Regulador de la Denominación de Origen Cava a adoptar una serie de medidas que permita mantener abastecida la demanda del mercado, y garantizado un precio para el productor de estas variedades de uva.
Así, como medidas excepcionales se han adoptado tres pautas para que en la cosecha de 2024 se palíe de algún modo la caída de la producción registrada en las últimas campañas.
La primera de las excepcionalidades consiste en incrementar el rendimiento del prensado de la uva, de manera que, si hasta ahora estaba establecido en un 66% por cada kilo de uva, en esta campaña pueda elevarse hasta el 74%. Se estima que esta medida podría conseguir contar con unos 6 o 7 millones de litros de cava más.
La segunda ‘licencia’ que se permitirá en la cosecha de 2024 consistirá en que los rendimientos por hectárea se eleven de los 12.000 kilos establecidos hasta los 15.000. Pero para ello será necesario que los productores inscriban previamente esas parcelas en un registro temporal que el CRDO Cava ha habilitado desde el 1 de junio, y que los técnicos procedan a un aforamiento de esas fincas.
La tercera cuestión se refiere a ampliar, de modo excepcional para este año, la inclusión de hasta un 15% de variedades de uva ‘no aptas’ para la elaboración de cava según las reconocidas por el CRDO, pero que sí se admitirán en este caso, siempre que esas explotaciones se encuentren dentro del término reconocido como productor de cava. En este sentido tendrán entrada las variedades pardina, cayetana y tempranillo, siempre que la variedad de tinto no se utilice para la elaboración de cava rosado.
La Comunidad de Labradores recomienda a los productores que antes de acogerse a estas excepcionalidades se informen detalladamente de las condiciones que implican, para evitar sorpresas.