ENTREVISTA A Antonio Ortiz Sánchez: “El futuro del campo está en encontrar una rentabilidad garantizada”

La falta de rentabilidad y la costosa mano obra que requiere el olivar tradicional de secano lo han abocado a una inexorable transformación, que en poco más de cinco años redibujará este cultivo en la Comarca de Tierra de Barros. Encontrar la alternativa idónea es la preocupación de muchos agricultores, que han visto sus cosechas reducidas a la mínima expresión como consecuencia de la sequía que venimos padeciendo. En este contexto, Antonio Ortiz Sánchez, emprendía a finales de 2021 un proyecto experimental, con la introducción de la variedad ‘Lecciana’ en nuestra Comarca. Los resultados no se han hecho esperar y han sorprendido gratamente. Hablamos con Antonio ORTIZ SÁNCHEZ, Gerente de FITOAL

¿Cuándo comenzó Fitoal con la plantación de olivares en seto?
Con arbequinas y otras variedades que generalmente se destinan a regadío llevamos trabajando más de una década, pero con la Lecciana comenzamos un proyecto experimental a finales de 2021, después de que invitáramos a Brígido Chambra, el técnico que mayor experiencia tiene en este tipo de cultivo en España, quien en el transcurso de una Jornada que promovimos despertó la inquietud de muchos agricultores.
¿Qué particularidades presenta la variedad Lecciana respecto a otras ya introducidas?
Esta variedad está concebida para su plantación en terrenos de secano porque aguanta muy bien el estrés hídrico. Su fruto es de un calibre lo suficientemente grande como para soportar el agostamiento si llega el momento y, transcurrido éste, volver a recuperar todas sus cualidades, características y tamaño a la espera de ser recolectado, algo que otras variedades como la arbequina no ofrecen en secano. Además, Lecciana es una variedad con un ciclo largo de maduración, lo que le permite al fruto permanecer en el olivo hasta la llegada de las lluvias, de manera que si en octubre no lloviera la aceituna aguanta en el árbol hasta noviembre e incluso diciembre, sin caer al suelo como sucede con otras variedades.
¿Cualquier terreno es apto para su plantación?
Efectivamente. No hay excepciones. Y nos basamos en la experiencia, desde terrenos muy ricos en hierro que sufren ante la sequía presentando grietas, a los más arcillosos o predominio de caleño. Se trata de una planta que enraíza muy profundamente y de ahí su resistencia a la sequía y al calor. Debe plantarse en otoño o invierno para que a finales de primavera haya enraizado.
Lecciana es una variedad propiedad de la Universidad italiana de Bari, producida a partir de la mezcla de Leccino, un acebuche de gran dureza, y Arbosana, variedad de gran producción, cuyos resultados están siendo extraordinarios.
Hablemos de resultados sobre esa experiencia iniciada en 2021
Ese mismo mes de noviembre nos pusimos manos a la obra con la plantación de unos 1.300 olivos por hectárea, a un marco aproximado de 4,5 x 1,5 mts. en una finca nuestra en el término municipal de Almendralejo. Era la primera de Extremadura, y el modelo se exportó inmediatamente a otros municipios de la Comunidad, como la explotación de La Albuera, de la que exponemos su evolución.
Los dos primeros años de vida lógicamente no hubo cosecha alguna, pero sorprendentemente al tercer año, y no al cuarto como era la previsión, llevamos a cabo la primera recolección de Lecciana, con unos resultados por encima de los esperado, ya que cosechamos 7.000 kg de aceituna por hectárea con un rendimiento graso superior al 20%, lo que equivale a una producción de aceite a unos 1.000kg/ha.
Si quisiéramos reconvertir un olivar tradicional a seto con la variedad Lecciana, ¿qué coste tendría?
Tomando como modelo una hectárea de superintensivo en seto de Lecciana, tendríamos una inversión de 2.600 € para la adquisición de 1.300 olivos. Si a ello añadimos la plantación, los tutores y el alambre sumaríamos unos 800€ más, de manera que con unos 3.400 € contaríamos con una plantación de 1.300 pies de olivos de la variedad Lecciana.
Y a esperar, ¿no?
Así es, pero durante los dos primeros años los costes de mantenimiento no son elevados, podemos estimarlos en unos 700€/año; y en el tercer año empezamos a amortizar la inversión, ya que contaremos con una producción superior a los 5.000 kilos de aceituna. A partir de ahí es cuando se va a apreciar la rentabilidad de una plantación que se mantendrá a plena producción durante al menos 20 años, con un mantenimiento mecanizado que, por su puesto, reduce los costes, si bien una poda combinada (mecánica-manual) puede optimizar los resultados.
¿Esa producción es similar independientemente del terreno en que hagamos la plantación?
Nosotros hemos llevado a cabo este plan experimental en las condiciones climáticas más adversas que se podrían producir, por eso estamos en condiciones de garantizar una producción mínima de 700 kilos de aceite por hectárea.
¿Cómo ve el olivar tradicional de secano en Tierra de Barros en cinco años?
Me temo que más del 50% de estas explotaciones irán a algún tipo de reconversión en los próximos años, porque actualmente son insostenibles, dados los elevados costes de producción y la escasa rentabilidad que ofrecen las tierras.
¿Algún mensaje a los cientos de agricultores con explotaciones de difícil viabilidad?
Yo creo que el futuro del campo está en encontrar una rentabilidad garantizada. Nuestro lema siempre ha sido “Sin rentabilidad no hay futuro” y, afortunadamente, hemos conseguido demostrar que la variedad de aceituna Lecciana garantiza rentabilidad y, por lo tanto, futuro.

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